Hace mucho tiempo que pienso que vivimos en una sociedad des educadora, lo que difundo siempre que tengo ocasión. Llegué a esa conclusión cuando percibí que la gran mayoría del personal, en distinto grado, nos hemos acostumbrado a esa lógica de que hoy “todo se compra y todo se vende”. En la educación pasa tres cuartos de lo mismo, pues la dinámica social dominada en gran parte por los medios de persuasión, ha hecho dimitir a la escuela de parte de su función educadora. Véase la creciente renuncia o deterioro de la filosofía y las humanidades a favor de lo que puede conllevar un beneficio individual más que el colectivo. Por esa manía mía, traigo aquí la reseña “La educación en venta”, libro del profesor Díez Gutiérrez (Octaedro 2.020) que viene a enriquecer esa aventurada apreciación de este simple maestro jubilado. Aparte de enriquecerla por el ámbito universitario bien relacionado con la realidad a pié de obra, añade la fundamentación de las investigaciones más especializadas sobre el asunto en España y en el extranjero.
Tras una interesante introducción en la que se amplía con más sentido lo señalado, añadiendo lo que al respecto señalan diversos organismos de ámbito mundial, entra en el asunto o tema de fondo que define como “De derecho social a inversión individual”. Aquí se entra en ese proceso que ido abriendo el camino de la mercantilización, privatización e individualización de la educación. En las constituciones europeas, incluida la nuestra de 1.978 se formulaba más o menos así “derecho de todos que tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los derechos y las libertades fundamentales”. “.. su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político” Constitución Española Artos. 27-2 y 1. Principios que el neoliberalismo ha venido deteriorando siempre que ha tenido ocasión. La LODE del derecho a la educación promulgada en 1.985 abrió la puerta a las subvenciones públicas, entonces llamadas concertaciones, que luego la LOE de 2.008 ampliaba en su art. 108 “El servicio ´público´ de la educación puede ser prestado por los poderes públicos y por la iniciativa social, como ´garantía´ de de los derechos fundamentales de la ciudadanía”. Dudosa garantía desde un ideario de centro. Dicha estrategia se ha seguido en la UE propiciando que lo que era realmente un servicio público se comparta con entes privados y que el fin estrictamente educativo se amalgame con el neoliberal. La realidad es que la concertada es un coladero a la segregación. Con frecuencia el derecho de elección de centro por la familia, se ha convertido en el de la elección del centro de la familia. El cobro de servicios añadidos disuaden a las familias poco pudientes, al igual que el aparente cierre de matrícula, la desatención de alumnado con necesidades educativas sociales, así como la exclusión parcial o completa del alumnado poco brillante para subir en el ranking de colegios. Se va hacia determinado alumnado para colegio en lugar colegio para el alumnado en general. Ello va llevando a una sociedad más clasista, desigual y abierta a los prejuicios y a otros males.
Entre el resto de apartados he de destacar el magnífico resumen de un trabajo más amplio de Ball y Youdel de 2.007 titulado “Cómo nos venden la educación” que explica con detalle y por pasos la privatización educativa, y por ende, social. Empieza por el propio nuevo lenguaje: elección, excelencia, calidad, competitividad, eficacia, estándares, evaluación. Competencias (¿aptitud no?)… La educación en “cuasimercado” despojándola de humanismo. Gestión empresarial, vertical, unipersonal y desprovista del trabajo en equipo como ejemplo colaborativo y de accesibilidad a la “autoridad” como función ciudadana. También replantea con acierto el deber de la gestión pública y política del gobierno y altas instituciones más allá de la función subcontratación. Es a ese respecto muy aleccionador, por destructor, el seguimiento en educación del pope del neoliberalismo Milton Friedman, tanto tras el desastre, como en Chile con primaria en escuela para pobres y universitaria hipotecada. Y hablando de Universidad, aparte del encarecimiento, también insoportable para el alumnado, sobre todo en los últimos tramos. Siendo desolador este aspecto, lo es aún más el mismo mal de la privatización. Con la puerta abierta para el reconocimiento y creación de universidades privadas, con lo anterior ya tienen éstas clientela, si ofrecen mejor precio o cercanía. Más si se cede al lucro, lo que por sí está en la privatización con la aparición de la Universidad S. A. Ello vendrá a incidir en problemas viejos como el precariado universitario, así como en el deterioro de la rigurosa investigación del profesorado, ahora más tentado por “el publicar o parecer” para improvisar un currículum que me abra la puerta en tal campus. Ello nos trae episodios como los del señor Casado o su conmilitona y penúltima Presidenta de esa brillante Comunidad de Madrid. En fin, todo muy edificante como ambiente para la educación.
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